martes, 8 de noviembre de 2016

El Riurau del Fondo en Massarrojos, por Miguel del Rey




.1- Antecedentes.
Niveles de  de protección del conjunto de Masia y RiurauREVISIÓN SIMPLIFICADA DEL PLAN GENERAL DE VALENCIA CATÁLOGO DE BIENES Y ESPACIOS PROTEGIDOS DE NATURALEZA RURAL MAS Y RIURAU DEL FONDO. Autor de la ficha M. del Rey
LOCALIZACIÓN: Mas de Domingo,
NIVEL DE PROTECCIÓN: BRL CATEGORÍA (D) ESPACIO ETNOLÓGICO DE INTERÉS LOCAL   Existe un  un “Informe sobre la declaración de BIC del Riurau del Mas del Fondo de Massarrojos” Autor: Comissió de Llegat Històric i Artístic, del Consell Valencià de Cultura con fecha de presentación el Pleno de 28 de junio de 2010 

2.- Situación. - . 

Al  Mas del Fondo se accede desde la carretera que desde Massarrojos conduce Mas Camarena, desviándose a la derecha en dirección oeste. Es en la actualidad una explotación agropecuaria con restos de un pasado agrario que viene reflejado en un plano topográfico de 1886 que nos muestra cómo era esta explotación a finales del siglo XIX, quizás en uno de los momentos de máximo esplendor de la misma. A esta finca y a la arquitectura de este momento nos vamos a referir. 




3.- El paisaje físico y humano en la actualidad


 inserto  en un territorio de cota más alta que las tierras regadas por las acequias de la huerta, estas tierras se centran hoy en labores de la cría de la oveja Guirra o “de morro rojo”, oveja autóctona de Valencia que estaba en peligro de extinción y de las que en el año 2007 la mitad de la cabaña, unos 2000 ejemplares, se encontraban en este lugar. El paisaje está definido por pequeñas masas boscosas y restos de parcelaciones agrarias de tierras de secano apoyadas por aguas foráneas. Hoy, con algunos campos de agrios, sigue manteniendo el carácter de una zona de secano; quizás a la espera de invertir en explotaciones rentables, cuestión difícil dadas las condiciones socioeconómicas de nuestra sociedad. 





A través de unos bosquecillos de pinos nos acercamos al conjunto de edificios del Mas del Fondo, unas construcciones aisladas levantadas en épocas diversas, que albergan, además de edificios de habitación para los propietarios a la manera de vivienda suburbana, una antigua masía con habitación de medieros o trabajadores, además de espacios de almacenamiento y transformación; separado de este grupo encontramos otro conjunto de construcciones entre las que destaca un riurau primigenio de gran calidad y bien conservado, con las instalaciones propias para la transformación de la uva en pasas, adosado al cual se construyó más tarde un corral de grandes dimensiones con un porticado perimetral. 

Frente al riurau, un sequer hoy transformado en pinada de recreo. El lugar asume de alguna manera las huellas que el tiempo y el devenir de su historia le ha dejado, tierras de la Batlia de Moncada, una señoría Templária que duró hasta 1307. Después pasó a la Orden de Montesa (Guinot, 2010), que las dedicó al cultivo de la vid y su transformación en vino, fue lugar de arriendos o formulas propias del Antiguo régimen hasta la Desamortización de 1834 en la que pasó a manos de inversores que compraron las propiedades expropiadas a las “manos muertas” y que pretendían poner en producción esta explotación agraria, personas que desde la distancia mantienen maseros o arrendatarios en el lugar, habitando la masía original.

La propiedad de las tierras ha ido cambiando con el tiempo y hoy la familia Cortina está haciendo una labor encomiable desvelando el pasado y rescatando parte del patrimonio rural y sus tradiciones.  La casa de los propietarios se desligó de la casa agraria a lo largo del siglo XIX, para convertirse en una casa de recreo de uso ocasional, con versiones propias del momento, parece que una de ellas modernista con un cierto valor, de la cual hay pocas referencias.

 La casa agraria, la masía, fue construida posiblemente a finales del siglo XVIII, situada en la partida llamada del “Tòs Pelat”, un lugar aislado y peligroso en los tiempos de fuerte inestabilidad del siglo XIX, de ahí si su condición cerrada y protegida por torretas y aspilleras. De esta época de finales del siglo XVIII tenemos referencias sobre la producción de vino en la zona, no en cambio de pasas, pues Cavanilles sólo cita una producción reseñable en Vilamarxant, indicando 2100 cahices de pasas (Cavanilles, p.151-T1). Entendemos pues, que la dedicación al cultivo de la uva pasa en el Mas del Fondo se centra a mediados del siglo XIX, como nos muestra el plano fechado en 1886 en el que nos indica una gran superficie de plantación de viñas, momento en el cual se construiría el riurau y las instalaciones para la transformación de la uva. Quizás en ese origen esté parte de su actual condición, la de espacio agrario en parte falto de aquella condición de lugar que aporta el habitar viviendo el lugar y sus condiciones fenomenológicas, aquello que aporta la arquitectura rural que habita en el territorio y que es difícil encontrar en los espacios cultivados desde la distancia. 





4.- La masía
No tenemos conocimientos exhaustivos sobre el origen de la su arquitectura, lo cual sólo se puede suplir con la lectura de sus fábricas, su estratigrafía, la lógica del lugar, los aspectos y las formas que permiten lecturas de cómo fue usada. Se trata de una construcción de dos crujías dispuestas en paralelo a fachada, con dos plantas y cubierta a dos aguas, cuya fachada, sin excesivos problemas compositivos abre a un patio cerrado al que se accede por un gran portalón que nos indica el nombre del Mas. Una construcción poco adjetivada en sus compartimentación interna, con una vivienda en planta baja que comparte espacio con estancias de uso económico, y una planta superior que albergaba el almacén y secadero de cosechas. Su construcción, con muros de carga en planta baja, se convierte en un porticado cerrado en planta alta, lo que nos habla de la jerarquía de cada uno de los niveles en la construcción. Su carácter defensivo, el patio cerrado, las torretas, las aspilleras y cañoneras, nos remiten a tiempos difíciles, de asaltos, de inestabilidad, como sólo hubo en el siglo XIX. 

La masía ha tenido varias ampliaciones a partir del núcleo básico descrito. El más importante, un cuerpo anexo a lo largo del patio en la parte opuesta a la casa, que quizás puede ser coetáneo con la casa, aunque la disposición de su cubierta con vertientes hacia el exterior no apoya la idea defensiva que se desprende del conjunto de la edificación. Una segunda ampliación, mucho más moderna, adosa una porxada continua posterior a la segunda de las crujías de la casa, una porxada de una sola altura que aumenta la superficie en planta de la casa principal, posiblemente para aumento del confort de los usuarios en determinado momento. El uso y la distribución interna no tienen excesivo valor, pues son compartimentaciones propias de la adecuación al uso a lo largo del tiempo, de la misma manera que las aperturas de puertas directamente desde el exterior a estos cuerpos, producto de adecuaciones en tiempos modernos. 

Es de destacar el carácter de la fachada y su composición. El hecho de ser una fachada interna, de ser un edificio económico, en el cual no reside el propietario, o no de manera habitual, le confieren esa condición tan poco adjetivada que contrasta con la preocupación formal de la propia puerta del patio, donde parece que se traslada cualquier intento de significación de la arquitectura.  





5.- El riurau y su contexto

 En el  el plano topográfico de 1886 podemos observar la antigua masía y el riurau aislado, un secadero de pasa de grandes dimensiones, lo cual se corresponde con la información que dicho documento nos ofrece, pues nos presenta el estado de los distintos bancales a finales del siglo XIX, mostrando el marco de plantación de los cultivos que en ese momento se daban, entre los cuales hay que destacar una gran extensión de plantaciones de vid, diferenciándose por el marco de plantación y por el propio grafismo de otros bancales plantados de arbolado. Nos encontramos pues, con una explotación a finales del siglo XIX especializada en la producción de uva y su transformación en uva pasa. El riurau es el centro de la explotación agraria en los años centrales y en la segunda mitad del siglo XIX. A esta construcción se le denomina en el plano: “cobertizo”, y a ambos lados del mismo existen dos espacios vacíos que perfectamente pudieron haberse usado como secaderos de los cañizos de pasas, como sequers del riurau, el lugar donde se extendían al sol la uva pasa y en ocasiones se cubrían con una “saranda” de lona y pies derechos de madera estabilizados por pies de piedra, como los que encontramos en el lugar y que ocuparían parte de los espacios contiguos y zonas del sequer. 




El riurau del Fondo es un edificio que en la actualidad goza de buen estado, restaurado recientemente con delicadeza, incluye en su entorno los restos de lo que fueron los dos grandes sequers, situados frente a sus fachadas longitudinales, hoy transformados uno en corral, al norte, y el meridional en pinada entre el edificio de riurau y los edificios de habitación de la masía. En su entorno encontramos el horno para la caldera de escaldar, las pilas de antiguos cañizos con sus cubos de madera para colocar sobre ellos y poder apilar los cañizos bajo la cubierta del riurau los días de lluvia o las noches de fuerte rocío, los pies de piedra de los estructuras de las “sarandas”, además de un mundo de artefactos que nos hablan de una cultura material y unos valores etnográficos de gran interés. 





6.- La arquitectura del riurau

Su  arquitectura sigue las formas canónicas de este tipo de construcciones tan propias de las comarcas centrales valencianas, de la Marina, la Safor y la Vall d’Albaida, con una estructura porticada, muy diáfana, cubierta a dos aguas, con arcos de anchura adecuada para el rápido almacenamiento de los cañizos en las épocas en que fuera necesario. Es pues, una estructura porticada y diáfana abierta a tres de sus caras y construida por dos naves, con cubierta a dos aguas, línea central de carga donde descansa la limatesa de cubierta. 

Sus  fachadas están construidas por porticados de arcos carpaneles que incluyen 14 vanos en cada una de las fachadas longitudinales. Es un edificio de gran prestancia, bien construido, de los más grandes en este tipo de explotaciones para el secado de la uva pasa en todo nuestro territorio y que en este caso se distingue por sus fábricas de ladrillo que construyen machones y arcos, dejando acabados de mampostería como relleno entre los elementos estructurantes de ladrillo. Sobre los materiales que lo construyen hay que distinguir sus fábricas de ladrillo macizo, que por su métrica y dimensiones nos sitúan la construcción del edificio en torno a los años centrales del siglo XIX, cuando, tanto en la ciudad como en su entorno, se da una proliferación de fábricas de ladrillo y fábricas mixtas. La calidad de esta construcción es reseñable, siendo como es un edificio económico. El aspecto de los muros es el propio de las fábricas de ladrillo y mampostería enrasada con abundante mortero de cal, con un acabado de una aguada de cal que tonifica el conjunto y le proporciona cierta impermeabilización a las fábricas. El solado, ligeramente elevado de la cota del suelo exterior, se acaba con ladrillo en espina de pez, con impronta de surcos a mano. La cubierta es de vigas y viguetas de madera de escuadría ajustada, con rastrelado de listón sobre el que descansa un entabacado de ladrillo y encima una capa de arcilla para, sobre ella, dormir las tejas curvas. El alero es de corto vuelo en saledizo de ladrillo. 





7.- Los aspectos dimensionales del riurau 





Las  dimensiones de este secadero de uva pasa son verdaderamente impresionantes, se inscribe en un rectángulo de 50,75 m. de largo por 10,95 m. de ancho; el ancho de la crujía, es de 4,80 m. y los muros tienen una sección de 45 cm. Los 14 arcos carpaneles tienen una anchura de 2,50 m. y una luz máxima de 2,40 m. de altura con 2,00 m. en la impostación del arco; los intersticios de machones entre arcos miden 1,05 m. 29 r 



8.- Las instalaciones complementarias


En  la actualidad, incrustado en un desnivel próximo al riurau se encuentra el horno de escaldar, con la boca recién restaurada, y la forma adecuada a este tipo de instalaciones, con el vano de la caldera sobre el plano superior, adecuado recientemente para realizar las prácticas de escaldado de la pasa que se realizan anualmente desde hace unos años. En las inmediaciones y dentro del propio riurau encontramos todo un mundo de cultura material que nos acerca a las prácticas y a la manera de vivir de una sociedad que hace unos cien años dejó de existir tras las crisis del mildiu y la propia crisis económica de la pasa y las explotaciones turcas y de otros países. 



9.- Los ámbitos de protección y condiciones particulares de este bien patrimonial 

El conjunto del Mas y Riurau del Fondo están catalogados como “Bien de Relevancia Local” dentro del Catálogo de Bienes de Naturaleza Rural del Ayuntamiento de Valencia, recientemente aprobado. Una catalogación propia para este conjunto de arquitectura rural viva que necesita de ciertos grados de libertad para permitir las pequeñas adecuaciones al uso que su condición le obliga, a la vez que garantiza la conservación del paisaje en el entorno del Mas y sus instalaciones, así como la protección particular de los elementos reseñables en el conjunto. Podemos distinguir dos sistemas de protección: el paisajístico que comprende el conjunto de los edificios e instalaciones de la masía, así como las parcelas inmediatas y los caminos de accesos, protección que garantiza la conservación del paisaje inmediato al Mas. 

El otro sistema lo constituye una fuerte protección para el riurau, el cual dispone de protección integral de su arquitectura, materialidad, fachadas, cubiertas, solados, etc, así como del entorno inmediato para que no se pueda alterar la escena del mismo. La masía, en cambio, posee un grado de protección denominada “Parcial Preventiva”, que deberá adecuarse en función del detallado estudio de la misma, dado que fue imposible acceder en el momento de la catalogación. Este nivel, una vez conocido el interior, debiera quedar tan sólo en protección “Ambiental”, manteniendo fachadas y volumetría. El mismo tipo de protección, la “Ambiental”, poseen la alberca y el conjunto de arbolado adulto del entorno de estas edificaciones. El corral y sus tinglados interiores en este momento disponen de una fuerte protección, que dada su relevancia en el conjunto y conocida particularmente su materialización y sus relaciones con el riurau, quizás debiera reducirse, incluso permitir su desaparición en aras a valorar la pieza principal del conjunto, el riurau, el cual quedaría como estuvo en origen, como un elemento exento. El resto de los edificios no tienen especial protección, pero quedan dentro del ámbito general de protección del conjunto, de manera que cualquier intervención no debe alterar la escena y la visualización de estos bienes.

Publicado en “Riuralogia: Estudi dels Riuraus i d’Arquitectura Rural” n º 5-2016